domingo, 26 de marzo de 2017

Tu misericordia

Abriste caminos de luz translúcida
sobre mi ceguedad,
mientras me llevaste al desierto
para reflexionar acerca de tu palabra.

Llamé a tu nombre
inclinada
y vencida por mis propias fuerzas,
rendida a tu tiempo

luchando sin renunciar
al anhelo por tu presencia.


Y llegaste en destellos
en abrazos de unión y aliento.

En fuego que crece en llamas,
como hoy
al brindarte mis versos.

Desde entonces corro tras las acciones de tu reino.
Desempolvando todo lo que tienen mis alas
que no es de ti.